LEPTOSPERMUM - FLOR DE CERA 4L

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Empecemos conociéndolo un poco más a fondo tomando como punto de partida un aspecto importante. El género Leptospermum engloba más de 80 especies. Es común a todas ellas la tipología de sus hojas de carácter perenne, sencillas en cuanto a su diseño y de pequeño tamaño. No es el único parecido que guardan entre sí las distintas variedades: todos estos arbustos se caracterizan por abundantes flores de pequeño tamaño pero sumamente hermosas que aparecen desde abril a junio, y en colores que oscilan del fucsia al blanco según la variedad. El atractivo de su floración es tal que, de forma popular, también recibe el sobrenombre de arbusto de Flor de Cera.

 

Conocidas sus similitudes, veamos una diferencia importante entre las distintas especies. Si bien los cuidados del Leptospermum son iguales independientemente de su variedad, hay un factor que debemos conocer según el género de árbol de té que elijamos: sus dimensiones. En líneas generales y cuando compramos esta planta, la mayor parte de los Leptospermum tienen un porte pequeño que suele engañar. Y decimos esto porque un detalle poco conocido es que, según la variedad, pueden alcanzar entre los dos y los cuatro metros de altura. Y no solo eso: también hay que contemplar, especialmente si lo plantamos en suelo junto con otros arbustos, que su anchura superará el metro y medio. Unas dimensiones muy interesantes, tanto si lo plantamos de forma individual como si buscamos agruparlo con otros arbustos iguales. Eso sí: aunque se desarrolla a buen ritmo, no podemos contemplarlo en la lista de arbustos de crecimiento rápido para cercos.

Y ahora sí, veamos en profundidad qué necesita esta belleza que se llena de color en primavera, y que admite el cultivo tanto en suelo como en macetas.

1. Una ubicación a pleno sol, fundamental

No es de extrañar que, procediendo de dónde lo hace, el Leptospermum sea exigente en lo que respecta al sol. Para poder crecer y, sobre todo, florecer necesita recibir solo directo. También tolera una sombra ligera, aunque es probable que no florezca con tanta alegría.

Además de esto, también agradece estar protegido del viento por lo que es un candidato ideal para plantar delante de un muro.

2. La temperatura, uno de los cuidados del Leptospermum del que podemos desentendernos

Podríamos pensar que, por sus orígenes, el árbol de té no tolera el frío. Y no es para nada así: admite exposiciones de hasta -10 grados e, incluso, sobrevive a las heladas si no son severas. Algo que nos da cuartelillo a la hora de plantarlo, ya que puede vivir incluso en climas fríos.

En lo que respecta al calor, no tiene problemas con las altas temperaturas. Es más: las agradece.

3. Un suelo fresco y bien drenado, clave para su buena salud

Podríamos decir que, de todos los cuidados del Leptospermum, es el más importante. Y es que, por sus orígenes, este arbusto no solo no está acostumbrado a los encharcamientos sino que, además, no los tolera. Si los sufre, es altamente probable que sus raíces se pudran.

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