CRESPON / ARBOL DE JUPITER
El crespón (Lagerstroemia indica) es un árbol pequeño originario de China, Corea, Japón e Indochina, cuyo cultivo se ha difundido en muchas regiones del mundo para su uso como plana ornamental, gracias a la belleza de su follaje y floración.
Esta especie, conocida también a nivel popular como árbol de Júpiter, lila de las Indias, o lila del Sur, se desarrolla como un arbusto multitallo de hoja caduca de hasta unos 6 metros de altura, de porte globoso y una copa de alrededor de 5 metros de diámetro.
El tallo presenta una corteza lisa de color grisáceo con tonos salmón. Las hojas son opuestas, simples, oblongas, enteras, a veces con los bordes ondulados, con el ápice agudo, de color verde oscuro y brillantes en el haz.
Las flores hermafroditas del crespón hacen su aparición durante la época más cálida del año y su presencia se extiende hasta principios de otoño, formando inflorescencias de panícula piramidal terminal o axilar de 6 a 20 centímetros de longitud, y de 2,5 a 4 centímetros de diámetro. Cada flor posee seis pétalos libres de color rosa, púrpura, carmesí, malva o blanco, y ondulados en los bordes.
Esta especie es muy utilizada para decorar jardines grandes y pequeños, balcones y terrazas, a los que aporta un toque de color que se extiende a lo largo de todo el año, ya que en primavera sus hojas se muestran rojizas y luego se tornan verdes, para luego volver al tono rojo durante otoño e invierno.
Se trata de una planta que soporta las bajas temperaturas, aunque el frío puede impedir su floración, por lo que se recomienda su cultivo en regiones donde haya veranos calurosos e inviernos suaves.
El crespón crece y se desarrolla mejor si se planta en un lugar protegido del viento y con sombra parcial. Sin embargo, en zonas frías puede puede beneficiarse con la exposición a la luz solar directa.
Si se lo desea criar como planta de interior, se recomienda ubicarlo en un ambiente bien iluminado.
El crespón es muy agradecido si se implanta en sustratos arenosos, ligeramente ácidos, ricos en materia orgánica, frescos y bien drenados. La composición ideal para su cultivo puede ser de un 70% de mantillo rico en humus y 30% de arena gruesa.
Sus flores son fucsias, violetas, lilas, rosas y blancas. De lejos, parecen racimos. De cerca, pirámides de papel crepé: arrugadas y con bordes ondulados. Necesitan sol pleno para aparecer y lo hacen sólo ahora, en enero, mientras la mayoría de los árboles están estancados en un verde monocromo.